martes, 2 de junio de 2020

NL 1 PEREGRINAMOS EN LA FE


NEWSLETTER 1
 
Dirigido a parejas, familias, comunidades y equipos de animadores de la evangelización en general.

Metodología basada en la lectio divina

Es un espacio de reflexión y oración centrado en la Palabra de Dios, que una vez, leída, meditada, orada y contemplada se vuelve vida transformada.

Objetivo: Reconocer la fe como la adhesión vital y el compromiso fundamental en el Proyecto del Reino que todo discípulo misionero vive e impregna en su labor evangelizadora.
MOMENTOS
ACTIVIDAD
DISPOSICIÓN
(10 minutos)

Disponemos lo externo y lo interno para el encuentro con el Señor en Su Palabra (3 minutos):
·       Previamente paramos un altar con una vela o cirio, un crucifijo y la Biblia.
·       Nos sentamos derechos con la espalda descansada.
·       Tomamos respiración por la nariz profundamente y expiramos suave y lentamente por la boca.
·       Repetimos la respiración profunda varias veces y cerramos los ojos o los dejamos entreabiertos mirando un punto fijo.
·       Vamos relajando pies, piernas, manos, brazos, hombros, cuello, rostro.
·       Descansamos el cerebro de pensamientos, preocupaciones, asuntos…
·       Sentimos paz.

Iniciamos en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.

Invocamos la presencia del Espíritu Santo
Rezando de manera intercalada en dos grupos la siguiente oración (una estrofa un grupo, la siguiente el otor y nos unimos en el Amén):

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetras las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.

Dialoguemos:
·       ¿Qué es creer?
·       ¿En qué creemos realmente?
·       ¿Qué sucede cuando nosotros creemos en algo o en alguien?

PRESENTACIÓN
(5 minutos)


“LE PIDO A DIOS QUE EL VIRUS SE ACABE”

El 13 de abril, al inicio de la pandemia, comenzaban las restricciones sanitarias y las limitaciones para salir de casa en Perú. Claudia Alejandra Mora, fotógrafa aficionada, caminaba por las calles del distrito de Guadalupe en la región de La Libertad, con la intención de reunirse con militares y policías de la zona y tomar registro fotográfico de lo que se estaba viviendo.
Este distrito, asegura Claudia, es muy mariano y debido a que no podían asistir a las iglesias a rezar, los residentes habían acordado que una persona por familia saliera al frente de la casa y colocara una velita como símbolo de fe y luego volviera a su casa a rezar.
Ella narra que en su recorrido se encontró con la escena de un niño arrodillado a mitad de la calle. El niño se llama Alan y es su vecino, pero ella no lo conocía. “Fue una escena llena de Dios, un momento de esperanza; sentí algo inexplicable”, asegura Claudia. Ella se acercó a una distancia prudente del niño y le preguntó si le podía contar lo que hacía. El niño le respondió: “Estoy orando porque en mi casa hay mucho ruido y Diosito no me escucha; Él escucha a las personas cuando no hay ruido”. Claudia le preguntó: “¿Y qué le estás pidiendo?”. A lo que el niño le respondió: “Le estoy pidiendo que el virus se acabe, porque ya quiero ver a mis abuelitos; no los he visto”.
Lo único que acertó a decir Claudia al niñito fue que no perdiera la fe, y que ingresara a su casa para que no corriera peligro de contagiarse. 

Fuente: Revista electrónica Desde la fe
https://desdelafe.mx/noticias/historias-de-fe/el-nino-que-se-arrodillo-para-pedir-a-dios-por-el-fin-de-la-pandemia/

Esta historia real es la evidencia de cómo la fe es una adhesión vital, una experiencia personal y comunitaria, confiable y libre. Confiable porque se basa en la Palabra de Dios, la cual no miente. Libre, porque la respuesta de la fe del hombre a Dios es voluntaria, nadie es obligado a tener fe. 

 
Realicemos este breve camino de lectura, meditación, oración y contemplación de la Palabra de Dios en torno al tema de la fe, para descubrir lo que el Señor nos quiere decir y continuar nuestro camino de conversión permanente. 

ENCUENTRO
(10 minutos)

Elegimos una persona para que proclame la Palabra.

Leemos la Palabra de Dios

Lectura de la carta a los Hebreos:

"La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven.
Por ella fueron alabados nuestros mayores.
Por la fe, sabemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de manera que lo que se ve resultase de lo que no aparece.
Por la fe, ofreció Abel a Dios un sacrificio más excelente que Caín, por ella fue declarado justo, con la aprobación que dio Dios a sus ofrendas; y por ella, aun muerto, habla todavía.
Por la fe, Henoc fue trasladado, de modo que no vio la muerte y no se le halló, porque le trasladó Dios. Porque antes de contar su traslado, la Escritura da en su favor testimonio de haber agradado a Dios.
Ahora bien, sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan."
Palabra de Dios.
(Hebreos 11, 1-6)
Nos preguntamos
·       ¿Qué dice el texto?
·       ¿Qué personajes encontramos?
·       ¿Qué dice la lectura de cada personaje?
·       ¿Qué características tiene la fe en el texto?
·       ¿Cuál es el mensaje central?

INTERIORIZACIÓN
(20 min.)

Meditamos la Palabra de Dios

Profundizamos en la Palabra intentando hacerla entrar poco a poco dentro de nosotros y confrontar el texto con nuestra vida, reconociendo las actitudes y los sentimientos que la Palabra de Dios nos transmite.

Nos preguntamos
·       ¿Qué nos dice el Señor en su Palabra para lo que estamos viviendo hoy?
·       ¿Qué nos sugiere el texto en nuestra relación con Dios y con los demás?

¿Qué nos dice la Iglesia de la fe?

Catecismo de la Iglesia Católica

176 La fe es una adhesión personal del hombre entero a Dios que se revela. Comprende una adhesión de la inteligencia y de la voluntad a la Revelación que Dios ha hecho de sí mismo mediante sus obras y sus palabras.

177 "Creer" entraña, pues, una doble referencia: a la persona y a la verdad; a la verdad por confianza en la persona que la atestigua.

178 No debemos creer en ningún otro que no sea Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo.

179 La fe es un don sobrenatural de Dios. Para creer, el hombre necesita los auxilios interiores del Espíritu Santo.

180 "Creer" es un acto humano, consciente y libre, que corresponde a la dignidad de la persona humana.

181 "Creer" es un acto eclesial. La fe de la Iglesia precede, engendra, conduce y alimenta nuestra fe. La Iglesia es la Madre de todos los creyentes. "Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por Madre" (San Cipriano de Cartago, De Ecclesiae catholicae unitate, 6: PL 4,503A).

182 "Creemos todas aquellas cosas que se contienen en la Palabra de Dios escrita o transmitida y son propuestas por la Iglesia [...] para ser creídas como divinamente reveladas" (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 20).

183 La fe es necesaria para la salvación. El Señor mismo lo afirma: "El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará" (Mc 16,16).

184 "La fe [...] es un gusto anticipado del conocimiento que nos hará bienaventurados en la vida futura" (S. Tomás de A., Compendium theologiae, 1,2).

Oramos la Palabra de Dios

Convertimos la Palabra en oración, en motivo de alabanza, de agradecimiento, de súplica, de arrepentimiento, de bendición, de celebración, en un diálogo profundo con Dios.
Luego de haber escuchado a Dios en Su Palabra, somos nosotros quienes nos dirigimos a Él.

Nos preguntamos
·       ¿Qué respondemos al Señor motivados por su Palabra?

Cada uno realiza una oración espontánea

CONVERSIÓN
(15 minutos)

Contemplamos la Palabra de Dios

Confrontamos lo meditado y lo orado con los acontecimientos de nuestra vida cotidiana para descubrir y saborear en ellos la presencia bondadosa, activa y creativa de la Palabra de Dios.

Nos preguntamos
·       ¿Qué inspira la Palabra en nuestras vidas?
·       ¿Cómo cambia el texto nuestra mirada de la vida?

Actuamos la Palabra de Dios

Nos comprometemos a conducir nuestra vida (practicar) según los criterios de Dios (conversión) para aplicar la Palabra en nuestra vida cotidiana.

Nos preguntamos
·       ¿Qué nos comprometemos a vivir?
·       ¿Qué compromisos concretos de mejoramiento nos lleva a asumir la Palabra a nivel:?
ü  personal,
ü  escolar, laboral,
ü  familiar,
ü  social

CONCLUSIÓN
(10 minutos)
Sintetizamos el encuentro en una frase y realizamos la siguiente oración:

MOMENTOS DE OSCURIDAD

Señor, Jesucristo, de la oscuridad de la muerte hiciste surgir la luz. En el abismo de la soledad más profunda habita, de ahora en adelante y para siempre, la protección poderosa de tu amor; desde el rincón oscuro ya podemos cantar el aleluya de los que se salvan.

Concédenos la humilde simplicidad de la fe, que no se desvanece cuando nos acosas en las horas de oscuridad y abandono, cuando todo se torna problemático.

Concédenos en este tiempo en que, en derredor de uno se traba una lucha mortal, la luz suficiente para no perderte de vista; suficiente luz para poder entregarla a los que de ella necesitan más que nosotros.

Haz brillar sobre nosotros el misterio de tu alegría pascual como aurora de la mañana. Concédenos ser personas verdaderamente pascuales en medio del sábado santo de la historia.

Concédenos que, a través de los días luminosos y oscuros del tiempo en que vivimos, podamos siempre con ánimo alegre, caminar hacia la gloria futura. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



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