“Subió al monte y llamó a los
que él quiso; y vinieron donde él. Instituyó Doce, para que estuvieran con él,
y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los
Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el
hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno;
a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón
el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le entregó” (Marcos 3, 13-19).
El discipulado misionero,
configurado con Cristo desde el bautismo, vive su experiencia de fe como
miembro de una comunidad. No se puede ser verdadero discípulo sin vivir la
comunión con Cristo y con la comunidad de discípulos convocada por él.
En la comunidad de discípulos
cada uno recibe la responsabilidad de descubrir, ayudado por la gracia, el Plan
de Dios para su vida, por lo tanto, esta comunidad es toda ella vocacional.
Se dice que el hombre hace
experiencia de Dios, pero la revelación misma nos demuestra que es “Dios quien
hace experiencia del hombre[1]”.
El Misterio de Dios manifestado a los hombres, es recibido y conocido por todos
los que aman a Cristo. Cada miembro de la comunidad es convocada a realizar en
su vida una misión, viviendo la expresión que dice: ‘la comunión es
misionera y la misión es comunión’. Cada discípulo toma del mismo Señor los
compromisos que le corresponde realizar en su vida y en la comunidad realiza el
discernimiento de su sentido de vida.
La vida en comunión le permite al
discípulo misionero descubrir una gran diversidad de opciones por las cuales
responder al llamado del Señor. Es por ello que la promoción vocacional debe
ser una verdadera urgencia dentro de la Iglesia[2].
De acuerdo con las conclusiones
del II Congreso de Vocaciones, la cultura vocacional tiene tres elementos
claves:
1.
Una teología vocacional (mentalidad):
principios que dan sentido a la realización de la persona en relación con Dios.
2.
Una espiritualidad
vocacional (sensibilidad): motivaciones que dan significado e impulso a
la realización de la persona en relación con Dios, los hermanos y la creación.
3.
Una
pedagogía vocacional (opciones y compromisos): proceso educativo de la
coherencia entre los dos primeros elementos y que son traducidos en gestos
consecuentes de la vida diaria.
Asumir estos tres elementos lleva
a que en la Iglesia nos sintamos realmente corresponsables de la vocación del
otro[3].
A la Pastoral Vocacional le
corresponde coordinar las acciones para que cada miembro de la comunidad
eclesial reconozca la llamada de Dios y encuentre la forma de responder con
generosidad a este llamado y “pueda descubrir el camino para la realización
de un proyecto de vida según lo quiere Dios y lo necesita el mundo de hoy. Al
responder, cada uno reconocerá el servicio o ministerio que va a prestar en la
comunidad”[4]. Es por esto que en la
Iglesia podemos encontrar diversidad de llamados de parte del Señor a vivir y
servir en:
·
La
vida sacerdotal: por su configuración con Cristo Buen Pastor, el
sacerdote se entrega y ama a la humanidad donando su propia vida. Su
discipulado misionero se caracteriza por la contemplación de Jesús y su
atracción especial hacia los bienes sobrenaturales. Su sacerdocio se hace en la
cruz de Cristo.
·
La
vida consagrada: por sus votos sigue más de cerca a Cristo sirviendo a
toda la humanidad. El consagrado dedica su vida a Cristo en un carisma concreto
para estar a favor de los más necesitados. Por su testimonio de radicalidad
evangélica invita a la santidad.
·
La
vida matrimonial: es hacerse uno con su cónyuge trasparentando la unión
de Cristo con la Iglesia. El matrimonio forja familia que enriquece la vida
eclesial con nuevos miembros.
·
La
vida laical: es hacerse uno con los demás como discípulo misionero. La
vida se entiende mejor cuando se muere a sí mismo para dar paso a una nueva
existencia en el encuentro con Cristo.
Reflexionemos:
¿Qué entendemos por cultura
vocacional?
¿Por qué es necesario promover la
cultura vocacional en nuestra vida de Iglesia?
¿En quién se encuentran las
diversas vocaciones específicas y por qué?
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