HACER DE LA VIDA UN ITINERARIO ESPIRITUAL 1
PISTAS PARA UN ITINERARIO ESPIRITUAL
La palabra itinerario hacer referencia a un camino, un recorrido o ruta física en la que se especifican lugares de paso, actividades, servicios y se colocan señales que sirven de guía.
Hay dos formas de experimentar un itinerario de este tipo: como turista o como peregrino. El turista sigue un plan preparado por una agencia en el cual tiene asegurados sitios, actividades y horarios, la ruta es conocida de antemano. En cambio, un peregrino, a pesar de tener una posible ruta, no tiene seguro sitios, actividades y horarios prediseñados, los va experimentando durante el recorrido, o como diría el poeta Antonio Machado, “caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
En estos tiempos de confinamiento, ¿quién no ha soñado con un viaje, con una peregrinación, con un recorrido con una salida renovadora y edificante?
Lo que queremos proponerte aquí es iniciar la configuración de un “itinerario interior”, exclusivo y verdadero de cada uno…, el tuyo. Un camino que te permita beber de las fuentes de la vida espiritual de algunos de nuestros grandes santos, para hacer de la vida un camino espiritual renovador y edificante.
Este es un itinerario que se recorre en actitud de peregrino para que nuestra espiritualidad transforme la condición humana muchas veces cargada de temores, dolores, angustias, rencores….
Claro ejemplo y primer caminante es Abraham quien, a partir del llamado y la promesa del Señor, vivió una vida de novedad, aventura, plenitud y bendición. Por la fe vivió como extranjero en la tierra que se le había prometido.
El Señor Jesucristo nos llama a seguirlo de manera radical: desligarnos de todo aquello que pueda quitarnos la libertad y estar disponibles para poder entregarnos a la causa del evangelio.
Al respecto el Papa Francisco nos recuerda: “Jesús apunta directamente hacia a la meta; y a las personas que encuentra y que le piden seguirlo, les dice claramente cuáles son las condiciones: no tener una morada fija; saberse despegar de los afectos humanos; no ceder a la nostalgia del pasado. Pero Jesús no impone jamás, Jesús es humilde, Jesús invita”
Nuestro itinerario espiritual tiene un horizonte de enorme esperanza y plenitud, el Señor Jesucristo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí” (Juan 14,6); y un maestro y guía que siempre está con nosotros, el Espíritu Santo.
El Itinerario Espiritual es un camino dinámico de progresiva transformación en Cristo que afecta a todos los niveles y dimensiones de la persona, acontece en el propio corazón por la acción del Espíritu; ocurre en la realidad, no fuera de ella y se percibe al profundizar la situación vital de cada uno[1].
Puede que ahora te surjan preguntas como estas: ¿Cómo despertar el deseo por un itinerario espiritual? ¿Cómo se desarrolla el camino y se hace de la vida una experiencia espiritual? A continuación, te proponemos siete pistas[2].
1. Despertar el deseo de “beber del propio pozo"
Implica sentirse llamada/o a realizar un camino de descubrimiento de la propia vida. El punto de partida es el despertar la conciencia de ser persona única y amada por el Padre Misericordioso. Para esto ayuda mucho la lectura de autobiografías o de itinerarios de santos que nos han dejado su legado espiritual.
Reflexiona:
¿Reconoces tus dones y carismas? ¿Te sientes única/o y amada/o por Dios?
2. Reconocer el camino recorrido el cual nos ha dado una identidad y un nombre.
Hemos recorrido un camino previo con muchas experiencias que la mayoría del tiempo permanecen dormidas y no se les ha dado valor. La espiritualidad se comienza a vivir cuando se nombra, reconoce e identifica la presencia del misterio y del amor en tu vida pasada, cuando se reconoce el paso de Dios por tu vida. Así lo expresa San Juan de la Cruz en el prólogo a la Subida del Monte Carmelo: «Es lástima ver muchas almas a quienes Dios da talento y favor para pasar adelante, que, si ellas quisiesen animarse, llegarían a este alto estado».
Reflexiona:
¿En que momentos o situaciones de vida has reconocido la presencia de Dios? ¿Qué transformó en ti?
3. Desplegar procesos o cambios.
Requiere detectar la vulnerabilidad, desbloquear situaciones, desenmascarar conflictos, sanar heridas y vivir la responsabilidad de cada día. Para esto tendrás que asumir tu propia fortaleza y construir tu intimidad con Dios sin miedo al vacío que puedas experimentar. Es muy probable que requieras de un apoyo humano, un acompañante que te acoja, oriente y confronte, un director espiritual.
Reflexiona:
¿Qué situaciones de tu vida nos has podido reconciliar, sanar, perdonar? ¿Estás dispuesta/o a liberarte de estas situaciones?
4. Poner medios, dedicar tiempo y ser fiel a ellos.
Para activar el proceso de realización del itinerario espiritual se requiere de medios concretos como la oración diaria, la lectura de la Palabra, la celebración de la experiencia de Dios en la comunidad cristiana, el cultivo de relaciones y ambientes sanos, el cuidado de las cosas y el orden del día, la solidaridad en acciones concretas…
Reflexiona:
¿Qué tanto tiempo dedicas a la oración y a la meditación de la Palabra? ¿Celebras en comunidad? ¿Cómo estás en el cultivo de una vida santa?
5. Conocimiento sano de la realidad externa, del yo y de la acción de Dios.
Es el discernimiento permanente de la propia realidad. Lo importante del itinerario espiritual es lo que se suscita por dentro y el reconocimiento de la acción de la gracia en ti. Dios va tomando cierta iniciativa en el entramado de la libertad humana; el amor del Espíritu Santo genera una dinámica especial en la personalidad.
Reflexiona:
¿Qué tan consciente eres de la realidad que te rodea? ¿Reconoces la acción de Dios en esta realidad?
6. Confiar y aprender a dejarse conducir por el misterio del amor de Dios
El miedo y la desconfianza suelen ser manifestaciones de haber perdido el control de la propia vida. Si has aprendido a relacionarte contigo mismo y con Dios, iniciarás un camino de confianza en lo desconocido. Dios deja de ser un rival para ti y se comienzas a sentirlo como un amigo fiel y estarás dispuesto a entregarle las riendas de tu vida, al estilo de Jesús.
Reflexiona:
¿Sientes que puedes abandonarte en Dios? ¿Crees que tu vida está totalmente en manos de Dios?
7. Tres actitudes básicas: autenticidad, humildad y búsqueda de la verdad.
La búsqueda de la verdad requiere que sea sana y sincera, sin prejuicios. La autenticidad en todo sabiendo jugar limpio en la vida. La humildad agradecida ante todo lo que la vida ofrece.
Reflexiona:
¿Buscar la verdad de Dios en tu vida? ¿Sientes que eres auténtico? ¿Crees que eres humilde de corazón?
[1] Compañía de Santa Teresa de Jesúswww.stjteresianas.org › 2016/06 › Itinerario-espiritual
[2] Juan Crespo. 2009. Revista Misión Joven 392. Recuperado de: https://www.ciudadredonda.org/articulo/como-hacer-de-la-vida-un-itinerario el 12 de agosto de 2020
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